Meditación para gente ocupada. Recuerda que tu eres
El primer paso: recuerda que tú eres
"Donde quiera que estés, recuerda...yo soy. Esta conciencia de que "eres" tendría que volverse algo continuo. No tiene que ver con tu nombre, tu casta, tu nacionalidad: estas cosas son fútiles, completamente inútiles. Simplemente recuerda: yo soy. No lo olvides. Al caminar, al sentarte, comiendo, hablando, recuerda: yo soy.
Será muy difícil, muy arduo. Al comienzo seguirás olvidándolo. Habrá solo algunos momentos en los que te sentirás iluminado; luego se desvanece. Pero no te sientas desdichado; incluso los momentos aislados valen mucho. Continúa así, cada vez que puedas volver a recordarlo, agarra el hilo. Si te olvidas no te preocupes, recuerda otra vez y así, poco a poco, las brechas se reducirán, los intervalos empezarán a desaparecer, una continuidad surgirá.
Entonces, cuando tu conciencia se vuelve continua, no necesitas utilizar la mente. Entonces no existen los planes, entonces actúas a partir de tu conciencia, no de tu mente. Entonces no hay necesidad de disculparse, no hay necesidad de dar explicaciones. Entonces eres el que eres; no hay nada que ocultar. Eres el que eres. No puedes hacer nada más. Sólo puedes estar en un estado de recordarte continuamente. Gracias a este recordarse, a esta atención consciente, se encuentra la religión auténtica, se encuentra la auténtica moralidad.
Esto es lo que los hinduistas llaman recuerdo de sí, lo que Buda llamó atención correcta, lo que Gurdjieff solía llamar recordarte a ti mismo, lo que Krishnamurti llama atención consciente. Esta es la parte más substancial de la meditación; recordar: yo soy.
No hace falta que repitas mentalmente: " Estoy caminando". El repetirlo no es recordarlo. Tienes que estar atento sin palabras que, "estoy caminando, estoy comiendo, estoy hablando, estoy escuchando". Hagas lo que hagas el "yo" interior no se tendría que olvidar; tendría que permanecer.
No es un asunto de afectación. Es un asunto de conciencia del ser. La afectación pertenece al ego. La conciencia del ser es asmita: pureza, estar simplemente consciente del: 'yo soy'.
Ordinariamente tu conciencia se dirige al objeto. Tú me miras: toda tu conciencia se dirige hacia mí como una flecha. Pero tú has sido arrastrado con la flecha hacia mí. El recuerdo de sí implica que debes tener una flecha doble: un lado de ella me muestra a mí, el otro lado te muestra a ti. La flecha doble es el recuerdo de sí".
Osho, Yoga: The Science of the Soul, charla #1